Trojan bien guardados, protección asegurada: ¿dónde y cómo?
La salud sexual es un aspecto fundamental de nuestra vida. Para garantizar un trojaneo seguro, es importante asegurarnos de que los Trojan que utilizamos estén en buen estado y no presenten ningún problema.
El calor, la humedad, la luz solar directa, la exposición a objetos afilados, el contacto con superficies rugosas o corrosivas pueden dañar su integridad, debilitando la estructura y comprometiendo su eficacia.
¿Cuál puede ser la guarida perfecta para tus Trojan?
Guárdalos de manera adecuada para mantener su calidad y funcionalidad. Aquí te dejamos algunos lugares recomendados:
Lugar fresco y seco: Almacenarlos en un lugar fresco y seco evitará que se deterioren. En cajones, libres de espacios húmedos es una buena opción.
Envase original: Es recomendable guardarlos en su envase o empaque original hasta el momento de su uso.
Con esta información te diremos el cómo revisarlos a detalle para que no quedes como payaso y que la cosa se ponga dura, bueno, también.
Observa cualquier daño en el empaque: Busca posibles roturas, perforaciones o cualquier señal de manipulación previa. Si el envoltorio está dañado, no utilices ese y busca otro.
Revisa el condón desplegado: Desenrolla suavemente tu Trojan favorito para verificar la textura (recuerda que algunos de nuestros productos tienen puntos o anillos y otros no cuentan con receptáculo, o sea, la puntita). Busca cualquier signo de desgarro, agujeros o cambios en la superficie, ya que esto podría indicar un defecto.
Comprueba la integridad del látex: Debe tener un aspecto uniforme, suave y sin grietas. Si notas alguna irregularidad, tíralo y utiliza uno nuevo.
Prueba el funcionamiento: Ínflalo suavemente para comprobar si hay fugas de aire. Si se mantiene hinchado sin problemas, significa buena calidad y que el barrio te respalda para usarlo.
Conclusión
No dudes en seguir estos consejos para garantizar una experiencia única a la hora de trojanear, sin preocupaciones. ¿Ya llevas los tuyos?